La última edición de la Semana de la Moda Masculina de París transmitió un mensaje claro: la moda masculina está experimentando un cambio radical. Fuera de las pasarelas, las colecciones presentadas mostraron un interés común en investigar nuevas formas de masculinidad, redefinir lo tradicional y abordar con sinceridad las emociones y el cuerpo. Durante los desfiles tanto de las principales casas de moda como de diseñadores noveles, se identificaron cinco conclusiones que señalan la dirección de la vestimenta masculina actual.
1. Dior inicia una nueva etapa con Jonathan Anderson
El estreno de Jonathan Anderson, el diseñador británico, al mando de la línea masculina de Dior fue, ciertamente, uno de los eventos más anticipados de la semana. Con una presentación refinada y sobria, Anderson fusionó la rica historia de la casa francesa con una sensibilidad contemporánea que armoniza lo tradicional con lo innovador. Incorporando elementos de la sastrería del siglo XVIII y detalles influenciados por el modernismo estadounidense, la colección reveló un deseo de revitalizar sin destruir, de progresar sin olvidar. Fue una propuesta elogiada tanto por la crítica como por los compradores, quienes alabaron su precisión técnica y su visión clara para un nuevo capítulo en la maison.
2. La lucha entre tradición y atrevimiento
París se convirtió en el escenario de un choque creativo entre mantener el legado y la necesidad de actualizar los códigos. Saint Laurent, dirigido por Anthony Vaccarello, asombró al dejar de lado algunas de sus fórmulas más icónicas, como las botas de cuero hasta la rodilla, para adoptar una estética más novedosa, veraniega y audaz. Inspirándose en la cultura queer de los años 70, la colección destacó piezas como pantalones cortos, camisas livianas y trajes sueltos.
En un estilo diferente, Junya Watanabe mostró una colección que fusionó el dandismo con influencias punk, integrando telas opulentas, cortes desiguales y alusiones culturales que sugirieron una rebeldía estética meticulosamente elaborada. El resultado fue una pasarela que destacó la contradicción y el dinamismo creativo.
3. Innovación en materiales y diseño conceptual
El porvenir del diseño para hombres parece estar íntimamente conectado con la investigación de nuevos materiales y métodos de exhibición. Una de las propuestas más discutidas fue la de IM Men, que convirtió la pasarela en una instalación artística, donde las prendas, hechas con redes recicladas y telas metálicas, coexistían con el movimiento de bailarines. Esta fusión entre espectáculo y moda mostró un cambio de paradigma: el vestuario ya no es solo funcional o decorativo, sino también narrativo.
Otras firmas también apostaron por la tecnología textil y la sostenibilidad, experimentando con estructuras esculturales, tejidos técnicos y técnicas de confección que desdibujan los límites entre arte y moda.
4. La confección cambia: libertad, amplitud y confort
Lejos de los trajes estrictos y formales que prevalecieron por décadas, la moda masculina moderna apuesta por el confort sin perder elegancia. Diseñadores como Christophe Lemaire presentaron atuendos holgados, ligeros, en colores neutros, que incluyen transparencias y faldas como partes naturales del vestuario masculino. Asimismo, se destacaron las capas, camisas amplias, chaquetas sin estructuras definidas y telas suaves, promoviendo así una masculinidad más adaptable.
Siguiendo esa misma dirección, Hermès presentó una línea inspirada en abrigos de cortes sencillos, materiales ligeros y formas que promueven la movilidad, combinando sofisticación clásica con utilidad contemporánea.
5. La emotividad y el relato como centro creativo
A lo largo de la semana, una constante fue la utilización de la moda como medio para comunicar sentimientos, recuerdos e identidades. Las colecciones exhibieron una intención evidente de infundir significado simbólico en cada artículo, afirmando la moda como una manera de expresión individual. Los creadores emplearon alusiones culturales, familiares, e incluso espirituales, para otorgar significado a prendas que inspiran a la reflexión además de su apariencia.
Desde la revalorización de técnicas artesanales hasta la inclusión de detalles con valor sentimental —como bordados, relieves o símbolos heredados—, la moda masculina apostó por el vínculo emocional entre el portador y la prenda, alejándose de lo meramente decorativo.
Unos días que pronostican lo que vendrá
Más allá de las colecciones, el evento de Moda Masculina en París se llevó a cabo en un entorno desafiante. La incertidumbre económica mundial, el enfriamiento del mercado asiático y las elecciones inminentes en diversas zonas clave han impactado en la industria del lujo. No obstante, la moda para hombres demuestra ser resistente, presentando propuestas que destacan la durabilidad, el significado simbólico y la diversidad de formas e identidades.
Esta semana se ha evidenciado que la moda para hombres ha dejado de ser un ámbito de menor importancia. Ha pasado a estar en el foco de las discusiones culturales, preparada para desafiar sus normas, generar espacios de innovación y, principalmente, convertir el acto de vestir a los hombres en una expresión de libertad, no de limitación.