La escalada del coste de la vida ha impactado de lleno en los hogares. Los españoles asalariados ganan una media de 19.817 euros al año, mientras que sus gastos ascienden hasta 22.598 euros, según recoge el libro del profesor del IESE José Luis Nueno Todo es terrible, pero yo estoy bien, editado por AECOC, la asociación que agrupa a las empresas de gran consumo. La diferencia, que se ha ampliado en los últimos meses debido a que los salarios están subiendo de forma más lenta que la inflación, se sufraga con los ahorros, préstamos y la red familiar, según el estudio, que analiza el comportamiento de 250.000 consumidores y 190 millones de actos de compra entre el primer trimestre de 2022 y 2023.
En ese periodo, el ingreso promedio del salario creció un 5%, mientras la inflación media fue del 5,5%, lo que ha diluido los sueldos. La reducción del poder adquisitivo será una de las claves en la evolución del consumo en el segundo semestre, según explica el experto en un comunicado difundido por AECOC este martes. Esencial será, en este sentido, la evolución del ahorro. “Durante la pandemia, la tasa de ahorro subió al 21% y ahora está sobre el 9%. Este ahorro embalsado se está agotando y es un problema”, explica. La pérdida de poder adquisitivo se nota especialmente en las rentas más bajas, que son las que más están recortando sus gastos (-3,8%).
Quitando el efecto de la inflación, la mayoría de las categorías de consumo caen en volumen de compra, “y eso afecta a los márgenes de los fabricantes y de los retailers”. Por contra, Nueno considera que la evolución del mercado laboral sí tendrá un efecto positivo en el consumo. “Se seguirá creando empleo, y eso permite que gente más joven y que se incorpora al mercado laboral tenga ingresos con los que gastar. Esto impulsará diferentes categorías de pequeño gasto, como la restauración, los viajes low cost o la moda, que están en crecimiento, en parte, por la incorporación de estos consumidores”, explica.
Para hacer frente al coste de la vida, el consumidor medio recorta en lo que quiere para seguir gastando en lo que puede: las categorías discrecionales que más han crecido son vestido, calzado y restaurantes, frente a las caídas del delivery, educación y cultura o peluquería y salones de belleza. De hecho, el gasto en partidas no discrecionales se ha incrementado en un 8,9% (en el primer trimestre de 2023), liderado por el incremento del gasto dedicado a hipotecas y créditos (13,1%) y al pago del alquiler (12%), frente a las notables caídas de los gastos duraderos y no discrecionales. Entre estas destacan los descensos en categorías como las de reparaciones en el hogar (-14,4%), mobiliario (-10,7%) o automóvil y motocicletas (-10,3%).
Alerta ante la caída de las ventas
La menor renta disponible tendrá un efecto en el consumo, según el sector del gran consumo y la distribución. La caída de los volúmenes es su principal preocupación para el segundo semestre. En este sentido, el 70% de las compañías cree que los compradores se verán más afectados por la caída de su poder adquisitivo en los próximos meses, lo que condicionaría su comportamiento de compra.
De cara al cierre de año, el barómetro realizado por AECOC entre las compañías del sector indica que el 38,9% de las empresas de distribución anticipa una caída en sus volúmenes de venta de hasta el 5%, mientras que un 27,8% prevé un estancamiento en este registro y un 33,3% sí espera crecer. En el lado de los fabricantes, el 56% cree que decrecerá en volumen. Para tratar de corregir esta tendencia, el 73% cree que en el segundo semestre del año crecerá la actividad promocional, con el claro objetivo de incrementar los volúmenes de venta.
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