Alivio pequeño, pero alivio al fin y al cabo, para el bolsillo de millones de hogares. La gasolina 95 registró en la última semana su primer descenso en cuatro meses, dejando así atrás su máximo en 2024 y cortando una racha de quince subidas semanales consecutivas. El gasóleo, por su parte, suma ya tres semanas seguidas a la baja, según los datos publicados este jueves en el boletín petrolero de la Unión Europea. Aunque la traslación no es directa, el movimiento coincide con la bajada reciente en el precio del crudo, su principal materia prima: hoy ronda los 84 dólares por barril, frente a los 90 que llegó a tocar a mediados de abril.
El litro de gasolina rondaba la semana pasada los 1,68 euros de media en las estaciones de servicio españolas, apenas un 0,1% menos que siete días antes. El diésel, por su parte, bajó un 0,6% hasta los 1,53 euros. La subida acumulada en lo que va de 2024 roza el 10% en el caso de la gasolina y se queda en apenas un 2,5% en el del diésel. Los primeros meses de la invasión rusa de Ucrania, en cambio, se saldaron con un encarecimiento notablemente mayor del gasóleo —un carburante que Rusia produce en grandes cantidades— que de la gasolina.
Cinco euros más por depósito
Llenar un depósito medio de gasolina (55 litros) ronda hoy los 92,7 euros, 4,7 más que hace justo un año. Si el coche es de gasóleo, el coste de llenado del tanque es de 84,2 euros, 5,3 más que a principios de mayo de 2023. En ambos casos, el precio está por encima de los valores inmediatamente anteriores al inicio de la guerra en Ucrania, en febrero de 2022. Sin embargo, también está lejos de los máximos alcanzados en julio de 2022, cuando se superaban con creces los dos euros por litro.
En comparativa continental, la gasolina ronda hoy los 1,85 euros por litro en la media de la eurozona y los 1,8 euros en los Veintisiete. El diésel, entretanto, promedia 1,65 y 1,67 euros, respectivamente. Como en España, la última semana ha sido de caídas en el resto del continente.
Crudo, refino e impuestos
El precio de los carburantes de automoción depende, grosso modo, de tres variables: el precio del petróleo, los costes (y los márgenes) de refino y los impuestos. Con este último elemento estable, son el crudo y las refinerías las que imponen su ley. En el primer frente, todo parece indicar que el cartel de productores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) optará en su reunión del 1 de junio por mantener su política de recortes sobre la oferta para sostener el barril por encima de los 80 dólares. En el caso de las refinerías, la situación actual es mucho más holgada que durante la crisis energética, cuando este segmento se convirtió en la principal fuente de beneficios de las petroleras. Y el gran quebradero de cabeza para los conductores.
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