Hong Kong: ¿la mejor oportunidad para invertir en China? | Si lo hubiera sabido | Economía

Hong Kong: ¿la mejor oportunidad para invertir en China? | Si lo hubiera sabido | Economía

En julio 1997 hubo un punto de inflexión en las relaciones entre China y Europa: en Hong Kong se arrió para siempre la bandera británica, tras siglo y medio como colonia. La ciudad volvía a formar parte de China, pero esa condición de delegación ultramarina ha marcado, también para siempre, el carácter y las costumbres de sus siete millones de habitantes, la economía local y su día a día con Pekín.

Durante décadas, la ciudad autónoma de Hong Kong fue vista como una de las capitales financieras y de negocios de todo el planeta. Con un robusto sector financiero, una destacada industria del cine, medios de comunicación independientes ─y hasta su propio Disneyland─ Hong Kong siempre ha sido considerado uno de los faros de Asia, la gran referencia de los inversores internacionales a la hora de invertir en la región.

Sin embargo, en los últimos años no atraviesa por sus mejores momentos. La percepción de los inversores internacionales ha cambiado desde que entrará en vigor en esta ciudad una nueva Ley de Seguridad Nacional, en el verano de 2019. Esta ley le otorga una gran influencia en la ciudad a los tribunales de la República Popular China, lo que ha sido considerado como el fin de la independencia administrativa y política que de facto regía en esta ciudad.

Con la pandemia llegaron la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la campaña contra las tecnológicas de Xi Jinping. ¿El resultado? La economía hongkonesa se ha contraído en tres de estos últimos cinco años, y su índice bursátil, el Hang Seng, lleva de capa caída desde el 2018. Desde entonces ya han pasado seis largos años.

Por supuesto, esta situación ha generado enormes inquietudes acerca del futuro económico de este enclave. Sin embargo, como frecuentemente suele ocurrir con los mercados y la percepción de los inversores, es posible que el pesimismo alla ido demasiado lejos.

Pese a todos los problemas, Hong Kong sigue siendo la puerta de entrada a la China continental, mantiene una moneda propia vinculada al dólar, no tiene controles de capitales ni prácticamente aranceles o restricciones al comercio, las infraestructuras de la ciudad son de primer nivel y sigue siendo una de las cuatro grandes plazas financieras del planeta.

Además, según la consultora PWC, Hong Kong sigue teniendo uno de los sistemas fiscales más amigables para los negocios. Por ejemplo, el tipo marginal máximo sobre la renta en Hong Kong es del 17%, las ganancias de capital no están gravadas, no hay impuestos sobre el patrimonio y la fiscalidad corporativa resulta muy competitiva.

Un atractivo barato

Por si todo esto fuera poco, la integración con China le da a esta ciudad un acceso privilegiado para relacionarse y sacar provecho de la segunda mayor economía del globo. Hong Kong sigue siendo una referencia para millones de chinos y, por supuesto, eso constituye una gran ventaja para sus empresas.

Sin embargo, tras seis años en los que la bolsa de Hong Kong se ha dejado casi un 50% mientras que el S&P 500 (índice Standard & Poor’s 500, uno de los barómetros bursátiles de referencia en todo el mundo) se ha revalorizado casi un 80%, hoy este mercado está cuantitativamente muy barato. Por ejemplo, la bolsa de Hong Kong opera a una relación precio/beneficios de poco más de ocho veces, casi una tercera parte del múltiplo al que cotiza el S&P 500.

Muchos analistas consideran que esta es una de esas ocasiones en las que los mercados sobrestiman un problema. Hong Kong sigue siendo un enclave competitivo, y los problemas con China podrían comenzar a despejarse pronto. Si esto es así, podríamos estar ante una gran oportunidad de mercado. Se cuentan todos los detalles en el último vídeo de Si lo hubiera sabido.