El estreñimiento, la dificultad para tragar y el síndrome del intestino irritable (SII), pueden ser señales de advertencia de la enfermedad de Parkinson, según sugiere una investigación publicada según un estudio publicado en la revista «Gut» y en el que se compararon decenas de miles de pacientes de una red de registros médicos de EE.UU.
Se cree que los síntomas gastrointestinales preceden al desarrollo de enfermedades cerebrovasculares, como un ictus o un aneurisma cerebral, o la enfermedad de Alzheimer, y se ha sugerido (hipótesis de Braak) que también pueden preceder al desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
Para poner a prueba esta hipótesis, los investigadores de la Clínica Mayo de Arizona utilizaron datos de una red nacional de registros médicos de EE. UU. (TriNetX) para comparar a 24.624 personas a las que se les había diagnosticado enfermedad de Parkinson de causa desconocida con aquellas a las que se les había diagnosticado otras patologías neurológicas, como el alzhéimer (19.046) o enfermedad cerebrovascular (23.942), o que no tenían ninguna de estas condiciones (24.624; grupo de comparación).
Las personas con párkinson fueron emparejadas con individuos de los otros grupos en términos de edad, sexo, raza y etnia, y tiempo desde el diagnóstico para comparar la frecuencia de condiciones intestinales incluidas en sus registros electrónicos de salud durante un promedio de 6 años antes de su diagnóstico de enfermedad de Parkinson.
Posteriormente, los investigadores probaron la misma hipótesis, pero de manera diferente, dividiendo a todos los adultos en la red que habían sido diagnosticados con cualquiera de las 18 condiciones intestinales en grupos separados, uno para cada condición de interés.
Las personas en estos grupos fueron emparejadas con individuos sin la condición intestinal particular y fueron monitoreadas a través de sus registros médicos durante 5 años para ver cuántas de ellas desarrollaron enfermedad de Parkinson u otros trastornos neurológicos.
Ambos análisis indicaron que cuatro patologías intestinales estaban asociadas con un mayor riesgo de diagnóstico de enfermedad de Parkinson.
La gastroparesia (retraso en el vaciamiento del estómago), la disfagia (dificultad para tragar) y el estreñimiento se asociaron con más del doble de riesgo de enfermedad de Parkinson en los 5 años previos al diagnóstico, mientras que el SII sin diarrea estuvo asociado con un 17% más de riesgo.
El estudio plantea preguntas sobre su posible papel en los procesos de la enfermedad que llevan al párkinson
Sin embargo, la extirpación del apéndice pareció ser protectora, lo que plantea preguntas sobre su posible papel en los procesos de la enfermedad que llevan a la enfermedad de Parkinson, según los investigadores.
Para Tim Bartels, del Instituto de Investigación sobre Demencia del Reino Unido en University College of London, la asociación aparentemente protectora de la apendicectomía con la enfermedad de Parkinson es un aspecto interesante del estudio. En su opinión, esto «implica que, dentro del sistema gastrointestinal, el apéndice podría ser el origen del ataque patológico que luego se propaga por todo el intestino y, en última instancia, al cerebro». Aunque, tal y como señala a Science Media Centre «esto debe validarse más».
El estudio mostró asimismo que ni la enfermedad inflamatoria intestinal ni la vagotomía (extirpación de parte o la totalidad del nervio vago para tratar úlceras pépticas) estuvieron asociadas con un mayor riesgo.
Algunos otros problemas intestinales, como la dispepsia funcional (sensación de ardor o plenitud en el estómago sin causa evidente); el SII con diarrea; y la diarrea junto con la incontinencia fecal, también fueron más prevalentes entre las personas que desarrollaron la enfermedad de Parkinson.
Pero estas condiciones también fueron más prevalentes antes del inicio de la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad cerebrovascular.
Dentro del sistema gastrointestinal, el apéndice podría ser el origen del ataque patológico que luego se propaga por todo el intestino y, en última instancia, al cerebro
Tim Bartels
Instituto de Investigación sobre Demencia del Reino Unido en University College of London
Este es un estudio observacional y, como tal, no puede establecer una causa. Los investigadores también destacan varias limitaciones en sus hallazgos, incluido que el período de seguimiento fue relativamente corto y que la información diagnóstica capturada en los registros electrónicos de salud podría haber sido incompleta.
No obstante, concluyen que «este estudio es el primero en establecer evidencia observacional sustancial de que el diagnóstico clínico no solo del estreñimiento, sino también de la disfagia, la gastroparesia y el síndrome del intestino irritable sin diarrea podría predecir específicamente el desarrollo de la enfermedad de Parkinson».
En su opinión, «estos hallazgos justifican vigilar los síndromes gastrointestinales en pacientes con un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson y resaltan la necesidad de una mayor investigación de los antecedentes gastrointestinales en la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad cerebrovascular».
En este sentido, Kim Barrett, de la Universidad de California en Davis (EE.UU.) dijo a SMC que, aunque el «el trabajo no puede atribuir causalidad», las conclusiones «pueden tener relevancia clínica» y «deberían estimular nuevos estudios para identificar mecanismos subyacentes, ya que hay posibles implicaciones para el tratamiento temprano».